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sábado, 13 de marzo de 2010

Bajo Caroní (Parte II) (Dr. Andrés Matas Axpe)

A partir de los 80 el país ha vivido un duro estancamiento, que no es pertinente analizar aquí. El desarrollo del Caroní se adaptó al nuevo ritmo, pero mantuvo su orientación y visión de futuro.

En 1984 llegó Leopoldo Sucre Figarella a la presidencia de CVG y continuó impulsando el plan de desarrollo del Bajo Caroní. En estos años se culminó la segunda etapa de Guri y se construyó una red de transmisión de extra-alta tensión que fortaleció los vínculos de Guayana con el resto del país, al mismo tiempo que se iniciaba la construcción de Macagua II y III, que consolidaría el aprovechamiento de los saltos inferiores.

Este proyecto presentaba un reto adicional por el hecho de estar en medio de una ciudad. Edelca concibió un proyecto con estas características y el mundo político lo aprobó, tanto a nivel del poder ejecutivo como en el congreso.

Hay que decir que Macagua II y III fue financiado totalmente con los recursos generados por la operación de Guri, otra de las vías a través de las cuales el Caroní les retribuía dividendos a todos los venezolanos. Seguía alcanzándose el desarrollo como un logro de todo el país.

Arranca el proyecto

Así se llegó a finales de los 80', cuando comenzó la construcción de Caruachi. El proyecto comienza con la carretera de acceso desde la vía a El Pao, por la margen derecha del río, en el año 1988. Una vez construido el acceso se inician las obras preliminares con el desvío del río en el mismo año, pero otra vez la lentitud de la economía con el consecuente bajo crecimiento de la demanda, recomiendan frenar la velocidad de avance.

En los primeros años de los 90 se culminan las obras preliminares, la planta de agregados y se negocia el financiamiento del contrato principal de obras civiles con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

En diciembre de 1993 culmina con éxito el proceso con la firma del contrato de financiamiento por US$ 500 millones, el préstamo más grande del BID hasta esa fecha. Con esto se allana el camino para arrancar las obras principales con la garantía de disponer de suficientes recursos.

A pesar de todas las perturbaciones políticas que experimentó el país desde fines de los 80', que incluso llevaron a la salida de un presidente en pleno ejercicio, el mundo político, tanto en el ejecutivo como en el congreso, siguió apoyando el proyecto.

En los siguientes años se licitan los contratos principales, el de equipos electromecánicos y el de obras civiles lográndose su firma en diciembre de 1993 y en agosto de 1997 respectivamente.

El 23 de enero de 1997 se celebra la culminación de Macagua II y III, un evento equivalente al que se celebrará esta semana. Cuatro presidentes pasaron por Miraflores durante su construcción y todos apoyaron el proyecto. En paralelo, Caruachi seguía su marcha.

Al llegar el nuevo gobierno en 1999 Caruachi presentaba un avance del 22%, y ya estaban definidos todos los contratos principales para la fase intensiva de construcción.

Comenzaba un proceso de cambios institucionales con la instalación de una asamblea constituyente, pero dentro de todos esos cambios las nuevas autoridades revolucionarias entendieron la importancia del proyecto y decidieron apoyarlo.

Los profesionales de Edelca deben recibir el mérito de presentar en todos los casos un proyecto coherente, bien gerenciado, y con todos los requisitos para culminar exitosamente. Y así fue, el proyecto continuó sin contratiempos mayores que retrasaran la obra y hoy el país puede recibir con orgullo una realización de ingeniería digna del primer mundo.

En momentos en que el país está polarizado políticamente, con serias dificultades para comunicarse entre las partes, son proyectos como éste los que nos identifican y nos unen a todos. Nos demuestran que los venezolanos podemos ser capaces de realizar grandes hazañas, si nos lo proponemos y empujamos la nave en la misma dirección.

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