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miércoles, 8 de septiembre de 2010

Dirigible ecológico (Infoambiental)

Diez estudiantes de ingeniería aeronáutica de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Industrial y Aeronáutica de Terrassa (ETSEIAT) de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) han diseñado el dirigible del siglo XXI, bautizado como Freighter Bird (pájaro cargador), una aeronave ecológica capaz de transportar gran cantidad de peso a velocidad mediana sin usar combustible fósil. Gran ahorro energético, drástica reducción de emisiones de CO2, nula contaminación acústica y viabilidad técnica y comercial son los valores de esta idea que consiguió el premio SENER-ETSEIAT del curso pasado.

360 metros de largo, 40 metros de altura, 400 toneladas de peso, una velocidad punta de 130 km/h, propulsión con energía solar, estructura de aluminio y fibra de vidrio y 805.000 m3 de volumen que se llenan de helio para mantenerse en el aire. Estos son los datos básicos de la ficha técnica del dirigible que han diseñado los estudiantes de ingeniería aeronáutica. Una aeronave que, sobre todo, tiene la virtud de no contaminar porque es capaz de transportar cada día 200 toneladas a 130 km/h, ahorrando al medio ambiente 8.000 toneladas de CO2 y 65 toneladas de óxido de hidrógeno. El ahorro anual estimado por los estudiantes en dinero por combustible seria de medio millón de euros por cada dirigible.

Dirigible con energía solar

Si no es con gasolina, ¿cómo funciona el dirigible? Esta es la pregunta que todo el mundo hace a los estudiantes, que han ideado un ingenioso sistema de captura de la energía del sol con placas solares dispuestas por toda la superficie superior del Freighter Bird. Esta energía se almacena en unas baterías que la transforman para mover las hélices ubicadas en la popa de la aeronave.

Para dar algo más de potencia, las baterías se acompañan de pequeñas células de hidrógeno en cantidad ínfima que quedan aisladas en cuatro tanques estancos para reducir cualquier tipo de riesgo. Y es que la seguridad era otra de las cuestiones a tener en cuenta a la hora de trabajar el proyecto. Muchos todavía recuerdan las imágenes mudas de los años 30 de un zepelín en llamas. “Esto ya no es ningún problema. Este zepelín estalló porque el gas con que hinchaban la aeronave era hidrógeno, un gas muy ligero. El nuestro es de helio, que pesa un poco más que el hidrógeno, pero que no es inflamable, por lo tanto no hay ningún tipo de riesgo de accidente similar al del zepelín de 1937”, afirman los autores del proyecto.

Viabilidad económica

Uno de los parámetros que evaluaba la empresa SENER y el profesorado de la asignatura de Proyectos de Ingeniería de la ETSEIAT era la viabilidad económica de la idea y la rentabilidad comercial. Según el jurado del premio SENER-ETSEIAT, el equipo del Freighter Bird demuestra con creces que este dirigible es perfectamente construible y que podría ser competitivo en el mercado actual.

El precio estimado de construcción seria de 45 millones de euros, un precio equivalente al del clásico Boeing 747. Su rentabilidad, en un mercado tan difícil y competitivo como el aeronáutico, estaría asegurada, puesto que ocuparía un segmento a medio camino entre las ventajas y las desventajas de los aviones y los grandes barcos de transporte de mercancías.

El Freighter Bird seria, pues, más económico que el avión pero más lento, y más caro que el barco pero más rápido. Según el estudio hecho por el equipo de estudiantes, el coste del barco es de 0,36€ por kilómetros y contenedor transportado; el de el avión es de 50€ por kilómetro y contenedor transportado y el del dirigible sería de 1,18€ por kilómetro y contenedor transportado.

El dirigible, por lo tanto, no sustituiría al avión pero sería un complemento necesario al mercado aeronáutico. De hecho, según explican los autores del proyecto, hay empresas que tienen en cartera esta idea y están estudiando de manera muy seria ponerla en práctica. El Aeroscraft de la empresa norteamericana Worldwide Aeros Corporation, o el israelí Airshipone son dos ejemplos de prototipos comerciales en estudio pensados para el ocio y el turismo de lujo.

Sin necesidad de aeropuertos

Los estudiantes, además, destacan otro valor añadido que hace del dirigible un medio óptimo para el transporte de mercancías: no necesita ninguna infraestructura especialmente adecuada para elevarse o aterrizar y podría cargar o descargar las mercancías muy cerca de su origen real, ahorrando así el primer desplazamiento de la mercancía a los aeropuertos o a los puertos. El dirigible está diseñado para cargar incluso durante el vuelo.

Dirigible ecológico (Infoambiental)

Diez estudiantes de ingeniería aeronáutica de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Industrial y Aeronáutica de Terrassa (ETSEIAT) de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) han diseñado el dirigible del siglo XXI, bautizado como Freighter Bird (pájaro cargador), una aeronave ecológica capaz de transportar gran cantidad de peso a velocidad mediana sin usar combustible fósil. Gran ahorro energético, drástica reducción de emisiones de CO2, nula contaminación acústica y viabilidad técnica y comercial son los valores de esta idea que consiguió el premio SENER-ETSEIAT del curso pasado.

360 metros de largo, 40 metros de altura, 400 toneladas de peso, una velocidad punta de 130 km/h, propulsión con energía solar, estructura de aluminio y fibra de vidrio y 805.000 m3 de volumen que se llenan de helio para mantenerse en el aire. Estos son los datos básicos de la ficha técnica del dirigible que han diseñado los estudiantes de ingeniería aeronáutica. Una aeronave que, sobre todo, tiene la virtud de no contaminar porque es capaz de transportar cada día 200 toneladas a 130 km/h, ahorrando al medio ambiente 8.000 toneladas de CO2 y 65 toneladas de óxido de hidrógeno. El ahorro anual estimado por los estudiantes en dinero por combustible seria de medio millón de euros por cada dirigible.

Dirigible con energía solar

Si no es con gasolina, ¿cómo funciona el dirigible? Esta es la pregunta que todo el mundo hace a los estudiantes, que han ideado un ingenioso sistema de captura de la energía del sol con placas solares dispuestas por toda la superficie superior del Freighter Bird. Esta energía se almacena en unas baterías que la transforman para mover las hélices ubicadas en la popa de la aeronave.

Para dar algo más de potencia, las baterías se acompañan de pequeñas células de hidrógeno en cantidad ínfima que quedan aisladas en cuatro tanques estancos para reducir cualquier tipo de riesgo. Y es que la seguridad era otra de las cuestiones a tener en cuenta a la hora de trabajar el proyecto. Muchos todavía recuerdan las imágenes mudas de los años 30 de un zepelín en llamas. “Esto ya no es ningún problema. Este zepelín estalló porque el gas con que hinchaban la aeronave era hidrógeno, un gas muy ligero. El nuestro es de helio, que pesa un poco más que el hidrógeno, pero que no es inflamable, por lo tanto no hay ningún tipo de riesgo de accidente similar al del zepelín de 1937”, afirman los autores del proyecto.

Viabilidad económica

Uno de los parámetros que evaluaba la empresa SENER y el profesorado de la asignatura de Proyectos de Ingeniería de la ETSEIAT era la viabilidad económica de la idea y la rentabilidad comercial. Según el jurado del premio SENER-ETSEIAT, el equipo del Freighter Bird demuestra con creces que este dirigible es perfectamente construible y que podría ser competitivo en el mercado actual.

El precio estimado de construcción seria de 45 millones de euros, un precio equivalente al del clásico Boeing 747. Su rentabilidad, en un mercado tan difícil y competitivo como el aeronáutico, estaría asegurada, puesto que ocuparía un segmento a medio camino entre las ventajas y las desventajas de los aviones y los grandes barcos de transporte de mercancías.

El Freighter Bird seria, pues, más económico que el avión pero más lento, y más caro que el barco pero más rápido. Según el estudio hecho por el equipo de estudiantes, el coste del barco es de 0,36€ por kilómetros y contenedor transportado; el de el avión es de 50€ por kilómetro y contenedor transportado y el del dirigible sería de 1,18€ por kilómetro y contenedor transportado.

El dirigible, por lo tanto, no sustituiría al avión pero sería un complemento necesario al mercado aeronáutico. De hecho, según explican los autores del proyecto, hay empresas que tienen en cartera esta idea y están estudiando de manera muy seria ponerla en práctica. El Aeroscraft de la empresa norteamericana Worldwide Aeros Corporation, o el israelí Airshipone son dos ejemplos de prototipos comerciales en estudio pensados para el ocio y el turismo de lujo.

Sin necesidad de aeropuertos

Los estudiantes, además, destacan otro valor añadido que hace del dirigible un medio óptimo para el transporte de mercancías: no necesita ninguna infraestructura especialmente adecuada para elevarse o aterrizar y podría cargar o descargar las mercancías muy cerca de su origen real, ahorrando así el primer desplazamiento de la mercancía a los aeropuertos o a los puertos. El dirigible está diseñado para cargar incluso durante el vuelo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Reducción de emisiones en Costa Rica (plan para la próxima década) IPS.

Por Daniel Zueras

SAN JOSÉ, CR (IPS) - Con la eliminación de algunos impuestos y otras iniciativas verdes, Costa Rica avanza en su plan de hogares más sostenibles energéticamente para conseguir la "carbono neutralidad" hacia 2021, cuando se cumplan los 200 años de su independencia.

Al igual que países como Finlandia, Noruega y Nueva Zelanda, Costa Rica pretende compensar por completo sus emisiones de gases de efecto invernadero causantes del recalentamiento planetario, como el dióxido de carbono, mediante la plantación de bosques y mejoras tecnológicas con fines de mitigación, entre otras iniciativas.

Las empresas y particulares pueden certificar la reducción de sus emisiones en el Ente Costarricense de Acreditaciones.

Si bien el punto fuerte de este país centroamericano es la ampliación de la superficie forestal, para alcanzar el objetivo también se requiere la aplicación de tecnologías limpias, planteó Orlando Chinchilla, director del Instituto de Investigación y Servicios Forestales de la Universidad Nacional, para quien no se trata de una meta fácil de lograr.

Una modificación a la ley 7400 de exoneración de impuestos, efectuada el 30 de junio, promueve el uso de energías renovables al eliminar 13 por ciento de la carga impositiva que hasta el momento tenían los paneles, cocinas, refrigeradoras y calentadores solares, además de los generadores eólicos e hidroeléctricos.

Complementando esta apuesta, y dentro del mismo Plan de Energía del gobierno de la socialdemócrata presidenta Laura Chinchilla, el estatal Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) fomentará en empresas y hogares la instalación de paneles solares y la producción de electricidad a base de biomasa (desechos orgánicos).

Se estima que en un plazo de tres a seis años los usuarios recuperarán la inversión gracias al ahorro en la factura eléctrica, cifrado en unos 200 dólares anuales para una familia promedio de cuatro personas.

La red particular estará interconectada a la del ICE, lo que permitirá a los usuarios privados ceder sus excedentes a cambio de una rebaja en su recibo de la luz.

Para ello, se instalará un medidor de dos vías que establecerá si hay remanentes para vender o si es necesario abastecerse del sistema interconectado porque la capacidad de generación no da abasto para el consumo del cliente.

De esta manera, no sólo se conseguirían hogares más sostenibles e independientes energéticamente, sino que también se reduciría la dependencia nacional de los combustibles fósiles, al recolectar el ICE esa energía sobrante y venderla al resto de sus abonados.

Según datos de la gubernamental Dirección Sectorial de Energía, 64 por ciento del consumo comercial proviene de los combustibles fósiles. El sector transporte tiene un peso sustancial en esa factura.

Respecto a la estructura eléctrica, la generación hidráulica es líder con más del 78 por ciento del mercado, seguida por la geotérmica. A mucha distancia se ubican la térmica, eólica y la biomasa. La energía solar continúa siendo despreciable, pero lo que se pretende que las alternativas crezcan de manera sustancial de aquí a una década.

"El precio final de los equipos bajará no 13 por ciento sino 20 por ciento", comentó a IPS Rodrigo Salazar, gerente general de la empresa Energy Solutions, dedicada a la venta de calentadores solares. Esto es debido a que las empresas del sector también han visto cómo se elimina el impuesto de importación de los dispositivos.

Salazar cree que con esta iniciativa repuntará la venta de equipos de energías alternativas, que se estancó desde el inicio de la crisis financiera mundial en 2008.

En el plan gubernamental también tienen cabida los biodigestores, pequeñas plantas que obtienen gas como producto de la fermentación de los excrementos del ganado. Además de eliminar los desechos animales, estos equipos generan energía y producen abono orgánico para los cultivos.

Las comunidades rurales y de escasos recursos han sido las más beneficiadas por algunos planes experimentales que se vienen llevando a cabo desde hace algunos años. Se calcula que en Costa Rica hay instalados unos 1.400 biodigestores. Su bajo costo y su facilidad de instalación y mantenimiento es un punto a favor.

En la comunidad de Santa Fe del cantón de Guatuso, cercano a la frontera con Nicaragua, cuentan con 10 biodigestores, que hace cuatro años tuvieron un costo aproximado de 200 dólares cada uno.

Con esa inversión, se ahorran los 15 dólares mensuales en gas para cocinar y calentar el agua. "Es novedoso y amigable con el ambiente", al evitar la contaminación, la tala de árboles y "elimina las boñigas (excremento) de los animales", contó a IPS Xinia Montero, presidenta del Grupo de Mujeres de Santa Fe.

Incluso lo aprovechan como un reclamo turístico, ya que "vienen a conocerlos de distintos países", incidió Montero.

Reducción de emisiones en Costa Rica (plan para la próxima década) IPS.

Por Daniel Zueras

SAN JOSÉ, CR (IPS) - Con la eliminación de algunos impuestos y otras iniciativas verdes, Costa Rica avanza en su plan de hogares más sostenibles energéticamente para conseguir la "carbono neutralidad" hacia 2021, cuando se cumplan los 200 años de su independencia.

Al igual que países como Finlandia, Noruega y Nueva Zelanda, Costa Rica pretende compensar por completo sus emisiones de gases de efecto invernadero causantes del recalentamiento planetario, como el dióxido de carbono, mediante la plantación de bosques y mejoras tecnológicas con fines de mitigación, entre otras iniciativas.

Las empresas y particulares pueden certificar la reducción de sus emisiones en el Ente Costarricense de Acreditaciones.

Si bien el punto fuerte de este país centroamericano es la ampliación de la superficie forestal, para alcanzar el objetivo también se requiere la aplicación de tecnologías limpias, planteó Orlando Chinchilla, director del Instituto de Investigación y Servicios Forestales de la Universidad Nacional, para quien no se trata de una meta fácil de lograr.

Una modificación a la ley 7400 de exoneración de impuestos, efectuada el 30 de junio, promueve el uso de energías renovables al eliminar 13 por ciento de la carga impositiva que hasta el momento tenían los paneles, cocinas, refrigeradoras y calentadores solares, además de los generadores eólicos e hidroeléctricos.

Complementando esta apuesta, y dentro del mismo Plan de Energía del gobierno de la socialdemócrata presidenta Laura Chinchilla, el estatal Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) fomentará en empresas y hogares la instalación de paneles solares y la producción de electricidad a base de biomasa (desechos orgánicos).

Se estima que en un plazo de tres a seis años los usuarios recuperarán la inversión gracias al ahorro en la factura eléctrica, cifrado en unos 200 dólares anuales para una familia promedio de cuatro personas.

La red particular estará interconectada a la del ICE, lo que permitirá a los usuarios privados ceder sus excedentes a cambio de una rebaja en su recibo de la luz.

Para ello, se instalará un medidor de dos vías que establecerá si hay remanentes para vender o si es necesario abastecerse del sistema interconectado porque la capacidad de generación no da abasto para el consumo del cliente.

De esta manera, no sólo se conseguirían hogares más sostenibles e independientes energéticamente, sino que también se reduciría la dependencia nacional de los combustibles fósiles, al recolectar el ICE esa energía sobrante y venderla al resto de sus abonados.

Según datos de la gubernamental Dirección Sectorial de Energía, 64 por ciento del consumo comercial proviene de los combustibles fósiles. El sector transporte tiene un peso sustancial en esa factura.

Respecto a la estructura eléctrica, la generación hidráulica es líder con más del 78 por ciento del mercado, seguida por la geotérmica. A mucha distancia se ubican la térmica, eólica y la biomasa. La energía solar continúa siendo despreciable, pero lo que se pretende que las alternativas crezcan de manera sustancial de aquí a una década.

"El precio final de los equipos bajará no 13 por ciento sino 20 por ciento", comentó a IPS Rodrigo Salazar, gerente general de la empresa Energy Solutions, dedicada a la venta de calentadores solares. Esto es debido a que las empresas del sector también han visto cómo se elimina el impuesto de importación de los dispositivos.

Salazar cree que con esta iniciativa repuntará la venta de equipos de energías alternativas, que se estancó desde el inicio de la crisis financiera mundial en 2008.

En el plan gubernamental también tienen cabida los biodigestores, pequeñas plantas que obtienen gas como producto de la fermentación de los excrementos del ganado. Además de eliminar los desechos animales, estos equipos generan energía y producen abono orgánico para los cultivos.

Las comunidades rurales y de escasos recursos han sido las más beneficiadas por algunos planes experimentales que se vienen llevando a cabo desde hace algunos años. Se calcula que en Costa Rica hay instalados unos 1.400 biodigestores. Su bajo costo y su facilidad de instalación y mantenimiento es un punto a favor.

En la comunidad de Santa Fe del cantón de Guatuso, cercano a la frontera con Nicaragua, cuentan con 10 biodigestores, que hace cuatro años tuvieron un costo aproximado de 200 dólares cada uno.

Con esa inversión, se ahorran los 15 dólares mensuales en gas para cocinar y calentar el agua. "Es novedoso y amigable con el ambiente", al evitar la contaminación, la tala de árboles y "elimina las boñigas (excremento) de los animales", contó a IPS Xinia Montero, presidenta del Grupo de Mujeres de Santa Fe.

Incluso lo aprovechan como un reclamo turístico, ya que "vienen a conocerlos de distintos países", incidió Montero.